Volví al lugar de los hechos
pero ya nada sería igual.
Ni siquiera mis pisadas, haciendo coincidir
punta y talón. Principio y fin.
Volví al lugar de los hechos,
donde dicen que vuelven los homicidas,
pero nunca te encontré.
Será porque tú disparaste a mis sueños
pero fui yo quien mató mi libertad.
¿Cómo se recupera aquello que perdimos por propia voluntad?
ResponderEliminarSaludos,
J.
Supongo que resulta aún más difícil salir a su encuentro...
EliminarNo hay crimen sin castigo, Mónica...
ResponderEliminarBesote! :)
Y hay crímenes que, en sí mismos, son el peor de los castigos
EliminarMuá!
Pero aquí quién no es cobarde por amor...
ResponderEliminarE, irónicamente, debería ser el mayor motor de valentía
Eliminar"Fui yo quien mató mi libertad." Colosal! Me ha encantado.
ResponderEliminarGracias, Pez!
Eliminar