domingo, 7 de marzo de 2010

Servicio especial de lavandería

Ayer, en un periódico regional, me topé con una de esas noticias que, leídas fuera de contexto, pueden dar lugar a pensar en cualquier otra situación excepto de la que realmente se trata.
La noticia (real) habla de un nuevo negocio de lavandería abierto en la ciudad, recogiendo además el testimonio de la dueña. Hasta aquí, todo normal, si no fuera porque se enlazan frases y más frases que, sin haber leído el titular y puesto que no es raro encontrarse con negocios tipo "peluquerías con final feliz", pueden hacer pensar al lector que en este nuevo establecimiento no sólo te lavan la ropa. Supongo que el periodista no la redactó con esta finalidad pero, a decir verdad, le agradezco que le saliera de esta guisa porque, al menos a mí, me hizo pasar un rato gracioso.

Aquí os dejo la noticia. Omito mis propios comentarios para no interferir en la imaginación de cada uno. Juzguen ustedes mismos:

"Me picaba la curiosidad por ese oficio, no sé, y me empecé a entusiasmar. Podría tener otra profesión, pero me gusta ésta, me encanta", comenta la dueña. (...). Su marido la apoya en el reparto porque, al parecer, eso de la división sexual del trabajo, que nadie se rasgue por ello vestidura alguna, sigue manteniéndose en este ancestral oficio. "Él se ha adaptado perfectamente a este trabajo, pero yo aún no he visto en toda la ciudad de Badajoz a un hombre. Yo no conozco a ninguno. Eso no lo han visto mis ojos, eso no existe, todavía" (...).
Este establecimiento es un lugar idóneo para un muestreo social, un trabajo de campo sociológico (...). "Nosotros notamos que hay mucha gente sola. (...). Nos lo llevan y somos nosotros quienes lo ponemos a punto. La crisis ha conllevado todo eso". "Hoy en día, aquí viene todo el mundo. Hasta los jóvenes, porque, de eso, las madres de hoy en día ya no responden". (...).
¿Existen, realmente, las manchas imposibles? Pues sí, existen. "Las manchas antiguas suelen ser muy difíciles de quitar o la que cae muy caliente en un tejido". Y profundizando en el tema, aprovechando la ocasión, que la pintan sin pelo: "Las manchas amarillas tampoco salen nunca". (...).

6 comentarios:

  1. El periodismo de rigor brilla por su ausencia y, si hablamos de prensa extremeña, ya nada me asombra... Dudo que la noticia no esté redactada con ese doble fin, porque tenemos mucho cachondo mental entre nuestras filas informativas. Así, al menos, se pasa un buen rato leyéndola.

    Te invité a ti y a otros amigos bloggueros de Badajoz a conocernos por messenger (aunque no sé si todos lo usáis). En otras ciudades se organizan encuentros anuales de bloggeros para impulsar distintan causas sociales o culturales, aportar ideas comunes y, de paso, conocernos en persona, ponernos cara. A ver si poco a poco impulsamos eso en nuestra ciudad, pues es una fuerza social nueva que debemos aprovechar, sobre todo los jóvenes.

    Un abrazo.
    JM

    ResponderEliminar
  2. Jose, acepté tu invitación al messenger. A pesar de estar liada casi todo el día, siempre busco algún huequito para conectarme, pero seguramente sea a unas horas tan malas que, desafortunadamente, aún no hemos coincidido. Me ha parecido una idea estupenda, así que me uno encantada a la iniciativa.
    Gracias por contar conmigo, y espero que pronto podamos conocernos.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. jajaj... Esta gente es la hostia... Coincido con Jose en todo, pásate ese messenger que organicemos pronto una buena quedada, que esto se nos queda impersonal... Besos y mordiscos

    ResponderEliminar
  4. Me ha llegado tu invitacion pal msn, la he aceptado, pero no me apareces...nuse

    ResponderEliminar
  5. aahhh!! miguel, estoy conectada! pero tú tampoco me apareces!!??
    maldito ordenador.....

    ResponderEliminar
  6. La verdad es que la vueltita de tuerca para el doble sentido que me utilizan mis periodistas extremeños...

    Como sea, me temo que hay que seguir y acabar vendiendo y captando atenciones...

    ¡Qué color tipo Telecinco tiene la noticia! Jajajajaja

    ResponderEliminar