miércoles, 26 de octubre de 2011

Promesas cumplidas

Nos conocimos hace apenas 2 años. Nos despedimos hace casi 2 años. Compartimos 10 mañanas y muchas palabras.

Nombre: M.
Habitación: 214
Edad: 59 años
Diagnóstico: cáncer terminal

- Buenos días, M. ¿Cómo se encuentra hoy?- Así comenzaban nuestras diarias conversaciones, mientras abría la puerta de su habitación.

M., siempre tan educado, atento, inteligente, cariñoso, prudente y con un inagotable sentido del humor.

- No deberías curarme. Tienes unos ojos preciosos que no se merecen ver algo tan desagradable- me respondiste la primera vez que me acerqué con el carro de curas a tu cama.

- ¡Y usted no debería decir bobadas!. Anda, no se imagina la cantidad de heridas de todo tipo que curamos al cabo del día- le mentí. Realmente nunca había visto algo así. Ese maldito cáncer, que incluso le impedía mover el cuello, sangraba, supuraba y olía como nunca antes había visto. Sin embargo, me creíste, o hiciste que te creyera, y desde aquel día ya sólo querías que fuera yo quien te curara.

- Tienes manos de ángel - nunca le faltaron las buenas palabras, incluso cuando las lágrimas de dolor y desesperanza surcaban sus mejillas. - Pones tanta delicadeza que a veces pienso que seré capaz de recuperarme.

- Y es eso lo que debes hacer. Pensar en ganar este pulso. ¿Sabes? He hablado con tu familia. Tienes una mujer y una hija maravillosas. Te adoran.

- Yo también a ellas, pero no quiero verlas llorar cuando les digo lo feliz que me han hecho. No les gusta notar en mis palabras un tono de despedida.

- No es malo llorar. Sólo se hace por aquellas personas que son importantes en tu vida. Por cierto, este fin de semana no vengo. Me han dicho que vas a tener una visita familiar multitudinaria. ¡Vas a estar entretenido!

- Sé que me muero.

- ¡Pues menudos planes divertidos te buscas!, eh? - le guiñé un ojo.

- Un placer conocerte. Estoy convencido de que serás una buena enfermera.

- Muchas gracias, M., pero temo decirte que vas a tener que aguantarme mucho tiempo - te sonreí.

- ....

- Prométeme que el lunes me contarás lo grande y lo guapa que está tu nieta. Ya le diré a mis compañeras que no te den mucho la lata - te dije, cómplice.

- Te lo prometo - ¿dónde estaba el brillo de tu mirada?

El lunes a las 7:50 h llegué a la planta. Reinaba ese silencio pesado y espeso que acompaña a la muerte. No, no podía ser. Pero era; sólo tuve que mirar a tu mujer. Nos abrazamos.

- Acaba de irse - sollozaba.

- Cumplió su promesa - le susurré.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Diez años después

-Me ha alegrado mucho volver a verte. Han pasado tantos años....

-Casi una década. Te he echado de menos.

-¿Desde cuándo eres tan sentimental, el chico frío de aspecto serio? Además, no te pegan los cumplidos.


-No es ningún cumplido. Siempre he estado... enamorado de ti - le temblaban las manos.

-¡Pues vaya forma la tuya de demostrarlo! - respondió.


-Tienes razón. Jamás hice nada por demostrártelo. Incluso puede que todo lo contrario. Pero eso no significa que no sintiera nada por ti. Si pudiera cambiar el pasado... ¿crees que no lo habría hecho ya?

-Mira, si esto es una broma, no tengo ganas de escucharla. ¿Acaso sabes el daño que me hiciste? Y, ¿por qué me dices esto ahora? ¿Pasabas por aquí y no se te ocurrió ningún otro plan más divertido? - le preguntó sarcásticamente.


-Porque me he dado cuenta de lo importante que eres para mí.

-Siempre fuiste tan complicado...


-Sé que no tengo derecho a entrometerme en tu vida. Quizá hasta ahora no he reunido el valor suficiente para pedirte perdón.

-¿Y para pedirme perdón cruzas el país diez años después? ¿No hubiera sido más fácil descolgar el teléfono? Ah, no, seguramente te habrás desecho de mi número hace tiempo. O simplemente, podrías haberlo dejado pasar. 10, 20, 30 años; qué más da, no? ¿Desde cuándo te importó lo que yo sintiera?


-No seas tan cruel. Un día, de repente, desapareciste. Pregunté por el barrio, a los amigos, pero parecía que te habías esfumado. Y en todo este tiempo no ha habido día que no piense en ti, noche que no me haya perdido buscándote en sueños, ahogando remordimientos en la barra de cualquier bar.

-Sí, me fui. Me fui en busca de un nuevo futuro en el que tú no estuvieras presente. Nuevos estudios, nuevo trabajo, nueva ciudad, nuevos amigos... buscando en vano nuevos recuerdos. Otra vida. Cada noche, un hombre distinto en mi cama, en busca de aquél que borrara por completo tu rastro. Pero nada. A tantos mentí por engañarme a mí misma. Perseguía siluetas que me recordaban a ti, buscaba tu mirada en cada rostro, tu compañía en cada ausencia. Casi 10 años intentando olvidarte y ahora apareces, para recordarme que de nada ha servido esta lucha, pues te deseo como el primer día. Eres un cabrón. ¿Qué pasa? ¿Que te has cansado de tu nueva vida y quieres regresar como si nada? Los años de juventud ya pasaron. ¿Qué le has dicho a tu mujer? ¿Que salías de viaje de negocios?


-No hay nadie que me espere a mi regreso. No hay nadie más. Sólo tú. Sí, yo también he conocido a mujeres hermosas, de esculturales cuerpos...pero miradas vacías. Sólo te quiero a ti. Pero supongo que tú sí compartirás tu vida con alguien. Envidio a ese afortunado. Déjalo todo y vente conmigo. ¿Desde cuándo te importó la opinión de los demás?

-Sabes que me importa poco. Y te equivocas. No hay nadie más. Aprendí a manejar la soledad como mejor compañía.


-Cierra los ojos. Volvamos a ser esos adolescentes que se espiaban desde el balcón creyendo que el otro no le veía, que compartían viajes y risas. Déjame hacerte todo lo feliz que no te hice.

-Ojalá para ti no hubiera sido más que un polvo. Quizás así podría haberte olvidado. No te guardo rencor. Te esperaré en este mismo banco dentro de otros diez años.


-Pero...

-Pero nada. No importa en qué ciudad, bajo qué cielo, si me amas volverás a encontrarme.

lunes, 29 de agosto de 2011

Vida de perro

Observo a Eco. No conoce la pereza. Su enérgico rabito, rebelde a cada instante, indica su siempre disposición a salir, jugar y correr en cualquier momento.

Vive el presente. A pesar de su capacidad predictiva, no parece pre-ocuparse, prefiere ocuparse. Recuerda su pasado, muestra de ello es la memoria que tiene, por muchos años que pasen, recordando dónde se cayó, dónde le riñeron o dónde corrió tras aquella preciosa perrita. Y, sin embargo, no se ancla a él. Cada día, una nueva aventura.

Su lealtad absoluta no conoce límites. Sentir cómo se cobija entre tus piernas, cómo te lame las heridas o reposa su cabeza en tu regazo es la más sincera y fuerte promesa de que jamás te traicionará.

Me pregunto si los animales con los que he convivido han sido felices a mi lado. Miro los melicéricos ojos de Eco y, antes de que pueda reaccionar, me da un lametón en la mejilla.
También él se tumba en los mismos sitios en los que tú lo hacías. Me gusta pensar que siente tu huella, al igual que yo noto que sigues correteando por la casa, ladrando cada vez que suena el timbre, tumbándote junto al brasero en invierno o esperándome tras la puerta cada vez que salgo.

¿Dónde estás si no te has ido?

miércoles, 17 de agosto de 2011

Azul

Abro los ojos. Azul. Silencio. Parpadeo. Grandioso azul. ¿Cyan?. Un susurro. ¿La brisa o las olas? Inclino la cabeza. Azul. ¿De Prusia?. El mar. ¿O es al contrario?

No sé desde cuándo estoy aquí. Un libro sin prólogo ni epílogo. ¿Es imprescindible?. Ésa es la vida que recordamos. Unas veces, detalladamente capitulada; otras, una amalgama de palabras que sólo para el autor tienen sentido. Casi siempre.

Respiro lentamente. Nunca experimenté tanta paz. O quizá lo hice en esas primeras páginas. Así, todo parece más fácil. Pero... ¿importa todo?. Da igual, ahora quiero estar aquí. En silencio, los estímulos parecen concentrarse en cada sentido. Nunca antes te habías percatado del dulce roce de los rayos de sol; esa voz que siempre has oído, hoy resulta la más bella melodía; puedes escuchar cómo avanza esa nube perdida en la inmensidad; este beso es la mejor medicina.

Atardece.

Todo está como lo dejé la última vez. Sin embargo... parece que algo ha cambiado. Quizás todo. Quizás nada. Olvidos o recuerdos. Nacimiento o muerte. ¿Acaso los extremos no pueden llegar a tocarse hasta confundirse?

Azul.

A base de hubieras, se construye una vida para destruir otra. Creación-destrucción.

lunes, 25 de julio de 2011

¡Maldita nave nodriza!

Tras pasar un tiempecito de las siempre deseadas vacaciones con operarios en casa, no puedo decir más que..........



¡MALDITA NAVE NODRIZA!




domingo, 22 de mayo de 2011

Las piezas del puzzle

Nunca supe distinguir entre casualidad y destino. Será porque son autopsias de vida. Sólo se descubre el origen postmortem; una vez el hecho ha ocurrido. Quizá porque no influye en el resultado.

En cualquier caso, y etiología, hay vidas que nacen para confluir. También lo hacen los ríos, ¿no?. Acaso fueron motivaciones similares, pasiones compartidas o las ganas de soñar. Igualmente unen las diferencias, así como un puzzle se compone de numerosas piezas distintas para ofrecer un maravilloso paisaje; sencillas fichas pero imprescindibles para el todo.

Vivir y encontrarle un sentido al devenir de los días reside en descubrir las lecciones encriptadas que cada persona te aporta. Despertar el misterio es el comienzo; descifrar el enigma, la amistad.

domingo, 8 de mayo de 2011

El baile oligofrénico

Acabo de graduarme. Pero, ¿qué es esta celebración? Ensayos y organización previos, paseo de tacones, vestidos de princesas, sonrisas de postín que ayer sabían amargas y mañana se enranciarán. Miradas cómplices, muchos sueños y la esperanza de cumplirlos. Realidades contrariadas. Ficciones ideales.

La orla acompañará a aquélla de hace 5 años que sigue cogiendo polvo en lo alto del armario. Dicen que los alumnos que sonríen en estas fotos vivirán más años que los compañeros con el gesto adusto. Comparo mi imagen en una y otra. ¿Se puede multiplicar la esperanza de vida por dos?

Puertas y ventanas se abren y cierran en un baile surrealista se oligofrénicos pies desordenados.
Un laberinto marca la puerta de entrada; encontrar la salida es cosa nuestra. Con suerte, o no, un reflectante cartel indicará la salida de emergencia.

lunes, 2 de mayo de 2011

7:30 h

La luz del alba
irrumpe en la ventana
y un rostro,
tu rostro,
perfilado por la claridad,
despierta.
De sus sueños
de su asombro
de un destino
aún incierto
¿no es cierto?
que despertaba ayer
entre tus brazos
¿acaso abrazo?
y otra ciudad
sintió tus pasos.

viernes, 1 de abril de 2011

Enfermedades Raras

Hacía sol.

Era un día precioso de verano.

Tenía a mi hijo Enrique cogido en los brazos y los dos mirábamos el sol desde la ventana cuando sonó el teléfono:

-¿Diga?.
Al otro lado oí una voz metálica.
-Buenos días, ¿la Señora Prieto, por favor?.
-Si, diga, soy yo.
-Lo siento mucho, dijo la voz. Le llamo del laboratorio. Han llegado los resultados de los análisis de sus hijos. Desgraciadamente están afectados por el síndrome X Frágil , mutación completa. De veras lo siento. ¿Cuándo podemos vernos?…………………¿Oiga?………

Tragué saliva. Tenía la garganta seca y me costaba respirar . Sentí una horrible sensación de ahogo. Miré a Enrique y vi sus ojos, fijos en los míos, azules, como el mar. Y de pronto los míos se convirtieron en un mar de lágrimas, profundo, inmenso y grande como sus ojos. Me abracé fuertemente a él mientras me desvanecía hasta llegar al suelo.

¿Por qué?, ¿Por qué?, ¿Por qué?…Mi cabeza estaba a punto de estallar.

Oí de nuevo la voz metálica al otro lado del teléfono:
-¿Oiga?…….¿Se encuentra bien?…………

Quise gritar que no. Un NO alto, fuerte, claro,…Pero no pude gritar, ni hablar, ni pensar. Cerré los ojos. Todo estaba oscuro. Abracé a Enrique y sentí que los dos estábamos solos, muy juntos, en medio de un mar frío de lágrimas negras.

No sé cuanto duró aquel naufragio, ni cuánto tiempo estuve a la deriva. Sin duda, a mí me pareció una eternidad. De repente sentí algo cálido y dulce rozando mi mano helada. Era la mano diminuta de mi otro hijo, Julián, intentando asir fuertemente la mía para levantarme. Abrí los ojos y lo vi delante de mí. Apenas tenía 3 años, pero me pareció mayor. Sonreía alegre, ajeno a todo. Casi no sabía hablar, pero acertó a decir “mamá”. Su voz sonó en mis oídos como música celestial. El calor de su mano se extendió por mi cuerpo y me dio fuerza para levantarme. Respiré hondo y traté de valorar mi nueva realidad.

Entonces llegó Ángel, el padre de mis hijos, mi apoyo incondicional. Al ver mi cara desencajada adivinó que se habían cumplido las peores sospechas. Disimuló y me hizo un gesto para que intentase recomponerme delante de los niños. Después me abrazó fuertemente y me susurró al oído una frase que siempre tengo presente desde entonces :
¡Vamos, ánimo, tenemos derecho a ser felices, y ellos también!





El testimonio, real, de esta madre ha servido de guión para la obra del grupo de teatro "Papeles escondidos" de FEDER, compuesto por personas afectadas por las llamadas Enfermedades Raras. De esta forma, además de hacer llegar a todo el mundo el conocimiento de las mismas, pacientes y familiares encuentran una nueva vía de expresión de esas emociones escondidas con las que conviven.

"De cada 10.000 tréboles, nace uno con cuatro hojas. De casa 2.000 personas, nace una con un Enfermedad Rara".

lunes, 21 de marzo de 2011

Escalera de color

Dignidad y amor no siempre son compatibles, pese a que debieran ir cogidos de la mano.

Amor no es jugar a pares o nones.

Ella le amaba; él, tan sólo jugaba.

Y las partidas nunca son eternas, de la misma manera que no siempre hay un ganador.

sábado, 26 de febrero de 2011

Donaciones inconscientes

Siempre que se habla de donación, pensamos en bolsas de sangre, órganos en neveras cubiertos de hielo, cordones umbilicales, agujas y operaciones, muerte...... y vida.
Pocos gestos tan generosos como éste; pocas muestras de amor mayores que ésta.

Pero hay otro tipo de donaciones, esas que yo llamo "inconscientes", no por la falta de racionalidad en su gesto, sino por el desconocimiento del alcance y la involuntariedad, incluso, de ese acto. ¿Y cuáles son esas "donaciones inconscientes"?

Todo aquello que, ya sea sin querer o queriendo, hacemos, decimos y ofrecemos, y cuya repercusión positiva en el otro hará que su vida cobre más sentido, más salud... más vida.

Esas tardes de risa que alguien te regaló, los instantes de infinita alegría, la sonrisa cómplice de un desconocido tal vez, hicieron que tu cerebro segregara endorfinas para sentirte mejor, tu sistema inmunológico se vio reforzado, puso en movimiento infinidad de músculos, tus pulmones se oxigenaron, se fortaleció tu corazón y el insomnio y la depresión desaparecieron.

Todos aquellos libros leídos a lo largo de la vida habrán retrasado la aparición de enfermedades degenerativas y demenciales, además de aumentar el nivel de conocimientos.

La comprensión de la poesía te permitirá abrir tu corazón, enamorarte tal vez, contemplar la belleza de las pequeñas cosas.

Esas canciones que escuchas cada día son la mejor expresión de esa sensación que también experimentas y a la que no habías conseguido poner palabras. Cualquier decisión parece más fácil con esa melodía de fondo.

Las sorpresas que recibiste consiguieron inyectarte esa ilusión que parecía perdida, aumentar tu creatividad y conocer el verdadero cariño de esa persona para la que te creías invisible.

Esa persona que te quiso, o que te ama cada día, permite que tu corazón bombee tan fuerte que no encuentres impedimentos para la realización de tus sueños.

Los cuadros que admiraste, el aire puro que respiraste, el viaje que realizaste... y todas esas donaciones inconscientes que recibiste, cada día, seguro que apenas valoradas, son las que ahora nos siguen manteniendo en pie.

Quizás fueron resultado de la generosidad de ese individuo con el que un día coincidiste, tal vez esas personas con quienes compartes tu vida estén regalándote vida en cada gesto. Lo maravilloso de todo esto es que se trata de donaciones cruzadas, pues a la vez que recibes, tú, sin ni siquiera darte cuenta, seguramente estés haciéndole la vida más fácil a otros. Y sin lista de espera.
Y es que el anonimato, también tiene sus ventajas.

jueves, 3 de febrero de 2011

Recuperar la ilusión

Te observo mientras miras la televisión. Creo que no la ves, quizá el flash de imágenes sea de las pocas cosas que te distraen. O a lo mejor el ruido de fondo te hace más soportable los gritos de tu corazón.
Sólo recuerdas aquello ligado a las emociones. O eso creo. Siempre has sido de lágrima fácil.
-¿Cuánto me quieres, abuela?
-Mucho.
-Yo sí que te quiero mucho.
- ¡Qué lástima! - me respondes, sin poder contener las lágrimas.
- ¿Lástima? ¡Pero si es algo bonito!
- Mira cómo estoy - me sueltas.Y me quedas de piedra. A pesar de la afasia, en ocasiones disparas sentencias a bocajarro.

Sí, desde hace seis años, aquel ictus cambió tu vida. Y la de todos. Pero no son negativas todas las consecuencias. Las desgracias te muestran cómo son realmente aquellos que te rodean. El dolor provocado por el abandono de muchos debería ser compensado por el inmenso amor y cuidado que te ofrecemos otros.
En estos años hemos pasado más tiempo juntas que en los veinte primeros, cuando sólo nos veíamos los domingos. Y eso no tiene precio.

Dejas reposar tus delicadas manos sobre la faldilla. Conocedora de su elegancia, las cuidabas con esmero. La izquierda, nívea, acaricia con sus finos dedos a la derecha, ahora amoratada y apergaminada, en un nuevo intento por darle movimiento a ese agotado miembro que tu cerebro olvidó volver a dar vida.
Quizás hubiera sido lo que más te habría gustado recuperar. Estoy convencida de que cada día piensas en las sábanas que te quedaron por bordar, las rebecas de punto que tejer, y todas y cada una de las labores que tanto te entretenían.

El azul de tus ojos se ha oscurecido por el desconsuelo de las pérdidas, pero siguen mostrando el brillo y la expresividad de siempre. Mares en oleaje, esos que tanto miedo te dan.
- ¿Qué es lo que más puede hacerte ilusión, abuela?
- Nada - me contestas.
- No me engañes. ¡Tiene que haber algo!

Sé que lo hay. Me lo dicen tus ojos al sonreír.

viernes, 28 de enero de 2011

Al despertar, una inusual oscuridad acompañó sus pasos hasta la cocina. El día no empezaba hasta que tenía entre sus manos una humeante taza de café, ésa que hace años encontró en un puesto de oportunidades y desde entonces no se había perdido ningún desayuno.
Abrió la ventana. Una gélida corriente cerró de un portazo las puertas. Al frotarse los ojos para aclarar su mirada, observó la espesa niebla que se cernía sobre el horizonte. Apenas si podía percibir la rutilante luz olvidada del balcón de enfrente.

La Flor de Pascua, asombrosamente, aún mostraba sus grandes hojas rojas. Quizás era lo único que había sobrevivido en aquella casa.
Con sus pensamientos como más sincera compañía, se enfundó la raída manta alrededor de su fatigado cuerpo y, acunado en la mecedora, se quedó dormido.

El silbido de la cafetera lo despertó. ¿Cuánto tiempo llevaba dormido? No recordaba haber encendido el fuego, y su dolor de cuello le revelaba que había reposado en la vieja mecedora más tiempo del que debiera.
Abrió la puerta para recoger la prensa diaria. Los periódicos de los tres últimos días se apilaban junto a la alfombrilla. ¡Qué extraño! - pensó.
Los titulares alarmaban de la situación: la ola de calor había acabado con la vida de varios ancianos en la última semana.




Desde aquel día, nada volvería a ser igual.

Stylish Blogger Award


Hace unos días, mi gran amigo Luismi me hizo llegar este premio a través de su blog "168 Café del Swing". También Alfonso se acordó de mi "desde su azotea". Aunque con retraso, me dispongo ahora a cumplir con lo que su entrega supone: otorgarlo a otros 15 blogs y sincerarme contando 7 secretillos (tampoco muy trascendentes, ok?)

1.- Siempre me hubiera gustado tocar un instrumento, pero mis facultades para ello son pésimas y mi mayor logro fue, con 12 años, sacar las notas de la canción "Memory Remains" de Metallica para tocarla con la flauta en clase. El profesor no mostró demasiado interés pero yo me sentí muy orgullosa.

2.- Colecciono calendarios y frascos pequeños de perfume.

3.- Me encanta jugar al Scalextric.

4.- Siempre he hecho deporte. Desde hace unos años (y hasta que mi lesión en el hombro lo permita) juego al bádminton. Eso sí, no me gusta competir (por eso dejé de jugar al tenis cuando me obligaban a hacerlo en el lugar en el que jugaba) y prefiero practicar deporte para desconectar y pasar un buen rato.

5.- Amélie ha sido la película con la que más he llorado a pesar de no ser tan triste.

6.- Soy adicta al café. Es lo primero que hago nada más levantarme y cualquier momento del día me parece perfecto para disfrutar de uno.

7.- A punto de acabar Enfermería y aún no miro cuando es a mí a la que le pinchan con una aguja. Sin embargo, no me impresiona realizar cualquier técnica al paciente que se me ponga delante.


Y los 15 blogs a los que entrego este premio.....:
-"Desafiando la gravedad" de Amada.
-"El viaje íntimo de la locura" de Agustín.
-"Otras letras" de Jose Carlos.
-"Hablando con imágenes" de Gus.
-"En-mi-alta-voz" de Carlos.
-"Cuento lo que quiero" de Mario.
-"El tendedero..." de Raül.
-"El misterio de lo cotidiano" de Diego.
-"Sin más" de Cruz.
-"El escaparate de mis pensamientos" de Alfonso.
-"Abre más ancho el camino" de Espiral.
-"Para que no muera conmigo" de Sommer.
-"Soy coco" de Coco.
-"Paraíso" de Álvaro.
-"Elogio de lo simple" de Kutxi.

domingo, 16 de enero de 2011

Un pequeño manual para la vida

Las lecturas más importantes no se encuentran exclusivamente en los libros. Diariamente nos topamos con frases, palabras, imágenes que por sí solas hablan, garabatos en cualquier parte, lecciones de vida hecha tinta.
Hace unos días me regalaron un sencillo marcapáginaspero pero con un contenido de gran valor. En sus ambas caras puede leerse este "Pequeño manual para la vida". Pese a no ser fiel seguidora de manuales y libros de autoayuda, considero que a veces viene bien recordar algunos de los consejos siguientes:

  • Elogia a tres personas cada día
  • Contempla el amanecer por lo menos una vez al año
  • Mira a los ojos de las personas
  • Di "gracias" y "por favor" con frecuencia
  • Gasta menos de lo que ganes
  • Reconoce tus errores
  • Haz nuevas amistades, pero cultiva las viejas
  • No pierdas el tiempo aprendienco las "artimañas del oficio". Mejor aprende el oficio
  • Utiliza las tarjetas de crédito por comodidad, nunca por el crédito
  • Aprende a escuchar. A veces las oportunidades tocan muy quedo a la puerta
  • Nunca prives a nadie de la esperanza: puede ser lo único que una persona posea
  • Trata a la gente como quisieras que te trataran
  • Dona sangre todos los años
  • No tomes decisiones cuando estés enojado
  • No pagues un trabajo hasta que esté concluido
  • Sustituye la palabra 'problema' por la palabra 'oportunidad'
  • Cuídate de quien no tenga nada que perder
  • Cuando afrontes una tarea difícil, procede como si fuera imposible fallar
  • No esperes que la vida sea justa
  • Nunca subestimes el poder del perdón
  • No dudes en perder una batalla si esto te lleva a ganar la guerra
  • Con respecto a los muebles y a la ropa: si piensas usarlos durante cinco años o más, compra lo mejor que puedas pagar
  • Sé atrevido y valiente. Cuando vuelvas la vista atrás, lamentarás más las cosas que no hayas hecho que aquellas que hiciste
  • Olvídate de los comités. Las ideas nobles y capaces de cambiar el mundo provienen siempre de una persona que trabaja sola
  • Declara la guerra a la basura
  • Los músicos callejeros son un tesoro. Deténte un momento y escúchalos. Déjales luego un pequeño donativo
  • Cuando arrastres un problema grave de salud, busca la opinión de tres médicos por lo menos
  • Establece con claridad tus prioridades. Nadie, en su lecho de muerte, ha exclamado: "¡Caramba, si hubiera pasado más tiempo en la oficina!"
  • No temas decir: "No sé"
  • No temas decir: "Lo siento"
  • Elabora una lista de 25 cosas que desees experimentar antes de morir. Llévala en tu cartera y consúltala con frecuencia
  • Llama por teléfono a tu madre

H. Jackson Brown

sábado, 15 de enero de 2011

¡Felicidades, hermana!

Un año de sueños cumplidos y otros por cumplir, de estudios, trabajo, risas, estrés, fiestas, oposiciones, lágrimas, tristezas y alegrías, viajes, inclemencias, arte, libros, regalos, mudanzas, bodas, música, ilusiones, sustos, trastadas de Eco, embarazos, nacimientos y muertes.

Mientras los más perezosos aún siguen escribiendo los propósitos de año nuevo, hoy te toca pensar en aquello que más deseas realmente para este año mientras soplas las 29 velas que danzarán en tu tarta. Los regalos que reposan en la mesa, delicadamente envueltos, hacen pensar que el día de Reyes aún no ha pasado.

Miro atrás y compruebo, felizmente, que a pesar de la distancia y las circunstancias de cada año, me sobran la mayor parte de los dedos de una mano para contar los cumpleaños que no hemos podido pasar todos juntos.

¡FELICIDADES, hermana!

viernes, 7 de enero de 2011

Imperfecta perfección

Adiós a la hija perfecta, la nieta perfecta, la hermana, novia, amiga, estudiante o trabajadora perfectas.

Porque la perfección no existe; pero los perfeccionistas sí. Curioso entonces que, sabiendo que la perfección es una imperfecta búsqueda, no cesemos en nuestro empeño por encontrarla.
¿Hay, pues, actividad más frustrante, cansina e infructuosa que ésta?

Podría incluso compararse con un vicio cualquiera. A pesar de sus efectos perjudiciales, no podemos, o no queremos, librarnos de él. Y sólo cuando el daño causado es demasiado grande, creemos que un leve cambio de actitud bastará para revertir la situación.