martes, 23 de febrero de 2010

Queda la noche

Por todos aquellos que me conocen es sabida mi pasión por la lectura. No puedo evitar leer todo lo que cae en mis manos o pasa por delante de mis ojos, incluidas las pegatinas de la fruta o hasta el nombre de los/as cajeros/as en los tickets de la compra. La venturosa culpa la tiene mi padre, un gran devorador de letras, que desde chiquitita me inculcó esa afición para llegar a convertirla en una necesidad fisiológica más (quizá por eso no sea extraño que incluso el menos lector se haga con una lectura antes de entrar al aseo). Aún conservo mi colección de Caracola, Leo Leo o El Barco de Vapor, entre otros.

Me siento incapaz de tener un solo libro entre las manos, suelo alternar dos o tres porque me resulta imposible elegir un único título. Una de mis mayores penas es saber que necesitaría un centenar de reencarnaciones para no dejar ningún renglón impreso sin leer. Me enloquece adentrarme en una librería o biblioteca y perderme entre las estanterías tapizadas de libros, de todos los tamaños, colores y temática. Evidentemente, no todo lo que se escribe es bueno, partiendo de la base de la variedad de gustos interpersonal, y hay que tragarse algún que otro tostón entre lecturas amenas e interesantes, y muchos hasta dar con ejemplares inolvidables. Pero algo que me apasiona y que puede tornar una lectura aburrida en una que merezca verdaderamente la pena es encontrar una frase, un párrafo o una simple idea que, aunque efímera, sea capaz de transportarme, de implicarme, de calarme hondo para, finalmente, sentirme satisfecha por haber elegido ese libro y no otro de entre todas las opciones que se mostraban ante mí.

Seguro que todos nos hemos sentido identificados con la descripción de ciertas situaciones, con historias que creíamos ser los únicos poseedores de su experiencia. ¿No recordáis libros que han marcado un antes y un después en vuestras vidas? ¿O cuya lectura ha sido decisiva en determinados momentos? Son tantas las emociones que se pueden poner en juego que aún recuerdo el primer libro que consiguió hacerme llorar.

La última novela que me he zampado ha sido Queda la noche, de Soledad Puértolas. Tras conseguir el Premio Planeta en 1989 no dejaron de lloverle críticas. Con o sin premio, resulta una historia sencilla, entretenida y de fácil lectura, ideal para una tarde de domingo. Aquí os dejo una perlita que encontré entre sus páginas, una de esas por las que me alegro de haberlo leído.


"A veces, la certeza de que lo que acabas de vivir será tragado por el tiempo se convierte en una sensación insoportable. Los mejores recuerdos no son los que dejan los instantes más felices. Por el contrario, los instantes felices acaban siendo los peores recuerdos que puedes tener porque no se soporta la intensidad perdida"

15 comentarios:

  1. Qué maravilla nos regaló Soledad... Certeza a raudales en sus palabras. Yo también necesitaré unas mil vidas amiga, a ver cómo lo apañamos... Besos y mordiscos

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  2. Que alegría escuhar eso, precisamente con Miguel que lo veo encima mia ahora mismo, jeje, charlamos mucho de libros el otro día..
    Excelente este párrafo para pensar y recordar tal vez, auqnue los recuerdos felices me siguen pareciendo así, aunque se añoran, claro..
    besos

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  3. La reencarnación más que una certeza...es indispensable!! imposible aprender en el jardín de infantes los conocimientos del primario, secundario y universitarios al mismo tiempo...
    Me sucede algo parecido con los libros, soy como una gran ballena azul que dentro de la librería abre su bocota para meterse miles de litros de agua para quedarse contenta con un diminuto krill.
    Un libro que marcó un antes y un después en mi vida fue Ilusiones de Richard Bach, te lo recomiendo si no lo leíste!

    Besos y espero le hayas dado vacaciones al baño ;)

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  4. Hola guapaaaa, te devuelvo la visita,jeje.Gracias por pasarte por mi rinconcito, que es muy nuevo. Te seguire también por aqui. Un abrazo y sigue escribiendo asi de bien. besotesssss

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  5. MIGUEL, ¿qué te parece si mientras encontramos una solución a nuestro problemilla, seguimos leyendo? :)

    SUSO, ¡lo que me hubiera gustado compartir esa conversación con vosotros! Estoy convencida de que mi lista de libros pendientes incluiría un puñado de títulos interesantes...

    GUS, ingenioso y bonito símil el de la ballena. Seguiré tu recomendación!
    Gracias por preocuparte por mi salud. El baño ya me echa de menos, jeje.

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  6. LYDIA, me hizo mucha ilusión encontrarme con tu blog; hacía mucho que no tenía noticias tuyas, así que ahora no te perderé de vista, jeje. Yo también llevo poco tiempo por estos mundos blogueros, así que te animo a que sigas con el tuyo!
    Un beso!

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  7. A mi el libro que me marco fue las "Cronicas del Angel Gris"... con ese libro entre en el mundo de las letras por propia voluntad y a partir de ese momento descubri una nueva galaxia de sensaciones.

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  8. Llegué de casualidad a este blog. La verdad que me gusto mucho.
    Te dejo el mio. Es de musica.
    http://rv-blackbeauty.blogspot.com/

    Saludos!

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  9. Pues un libroque me marco en un momento determinado de mi vida fue: "Veronika decide morir", que he leido por ahi que también te gusto. Yo siempre he pensado que el libro me eligió a mi, nunca había oido hablar de él y fue verlo y querer leerlo.Lo deboré en unos días y te deja esa reflexión, ese cuestionar de vida, que tan bien hace Paulo coelho.Es un despertar a una realidad que se nos escapa o que dejamos escapar. Yo también lo recomiendo.
    Y por cierto, me ha encantado esa párrafo del libro de Soledad (pelos de punta,jeje).
    besito

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  10. Hola, Werty! Me alegro de que la casualidad hiciera de las suyas y te trajera por estos parajes.
    Por supuesto que visitaré tu blog, y con más motivo si es de música, que dicen que amansa a las fieras.... :)
    Saludos!

    Lydia, cierto es que Coelho acertó con este libro; y con El Alquimista, sin lugar a dudas! (estoy convencida de que también te lo zampaste). Sin embargo, El vencedor está solo,su última novela, la comencé con mucha ilusión pero conforme pasaba las páginas iba perdiendo el interés. Bueno, bien es cierto que no siempre se tiene la inspiración en lo más alto!
    Un besito, guapetona!

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  11. Muy cierto, es un buen libro y pues voy por la mitad ya me tiene prendido ;)

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  12. Hola Mónica. Me llamo Rubén. Soy de la ciudad de México. Me encanta lo que dices sobre los libros. Una sensación y experiencia que comparto contigo. Vine a dar a tu blog porque buscaba opiniones sobre los libros de Puértolas. Resulta que mañana se presenta acá en México y como tú dices, la conocía de oídas, pero es buena oportunidad para leerla y para que me firme mi ejemplar, otro vicio al que soy afecto. Te mando un saludo y ya te contaré como me fue con Puértolas. Puedes escribirme si te apetece a izqrub@hotmail.com

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  13. Hola Monica .Acabo de terminar de leer "queda la noche" y me ha gustado bastante y mientras la leía marcaba con un resaltador ciertos textos que me gustaban y coinsidentemente contigo resalte.

    "A veces, la certeza de que lo que acabas de vivir será tragado por el tiempo se convierte en una sensación insoportable. Los mejores recuerdos no son los que dejan los instantes más felices. Por el contrario, los instantes felices acaban siendo los peores recuerdos que puedes tener porque no se soporta la intensidad perdida."

    La cual enseguida publique en facebook y quería hacerte saber que me dio cierta satisfacción ver que que ti también te gusto esa parte mientras la leías. Gracias

    Atte: Raphael

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  14. RUBÉN, siento la tardanza en responderte. Supongo , incluso, que ni siquiera volverás a pasarte por aquí después de tanto tiempo. He de reconocer que he dejado abandonado el blog por mil y una razones, pero ahora vuelvo a la carga, con nuevo equipaje y tanta o más ilusión que cuando le di vida. Espero que el encuentro con Puértolas fuera, cuanto menos, una grata experiencia.
    Un saludo

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  15. RAPHAEL, se me pone la carne de gallina al ver que, después de tanto tiempo de ausencia por el blog, aún haya gente que se cobija entre este puñado de letras.
    Me alegra conocer que ese párrafo nos arañó a ambos al leerlo.

    Un saludo

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